Usted está en: Gestión XXI Ltda > Noticias > Los mandantes tienen la tarea irrenunciable de liderar sus proyectos

Gestión XXI

Los mandantes tienen la tarea irrenunciable de liderar sus proyectos

Publicado el agosto 8, 2014 |

 

Hoy las organizaciones a nivel mundial enfrentan un panorama muy exigente, marcado por las oscilaciones de la economía mundial, la necesidad de plantear soluciones sustentables tanto a nivel ambiental como a nivel social, la competencia global, una economía basada en la creación de conocimiento nuevo y clientes con necesidades cada vez más complejas.

 

 

En medio de esta situación, para alcanzar sus objetivos estratégicos, las empresas deben enfrentar en diversos momentos de su existencia la realización de labores particulares y temporales conocidas como proyectos.

Estas labores tienen distinto grado de complejidad, incertidumbre y están sujetas a múltiples restricciones. Por ejemplo, la construcción de infraestructura crítica o la realización de labores coordinadas entre grupos de empresas para el lanzamiento de un producto.

El desafío de llevar a cabo, en forma exitosa, estas labores no es trivial. Así lo demuestra la abundante evidencia documentada referente a sobrecostos y sobretiempos en diversos  proyectos alrededor del mundo.

 

 

La gestión de proyectos es una disciplina que busca enfrentar estos problemas. Su objetivo es abordar en forma sistemática estas demandas, para hacer que las cosas sucedan y para mejorar la probabilidad de obtener un resultado positivo que ayude a cumplir con los objetivos de la organización.

Los proyectos tienen características únicas que diferencian su administración de la propia que se utiliza en operaciones y requieren de talentos y capacidades ad hoc para este efecto.

 

 

¿Quiénes son en último término los responsables de llevar a buen término los proyectos?

Sin duda es una tarea compartida de todos los participantes, pero la responsabilidad de liderar y de conducir el proyecto como un todo es de los mandantes dueños de los proyectos.

En nuestra historia como país, las grandes organizaciones públicas llevaron adelante obras públicas —carreteras, electrificación del país, entre otras— en organizaciones especialmente creadas con ese propósito, que estudiaban, diseñaban, construían y explotaban sus obras; por tanto, la responsabilidad de los proyectos recaía dentro de una misma organización. Es decir, el dueño era el único protagonista de sus proyectos.

Grandes empresas privadas también imitaron ese modelo en sus desarrollos iniciales.

 

Puede seguir leyendo el artículo original de la clase ejecutiva de El Mercurio 2 de agosto del 2011

 

Únase a la conversación:

 

Noticias recientes